El Día del Inmigrante se celebra en Argentina cada 4 de septiembre desde el año 1949. La fecha fue establecida bajo el Decreto Nº 21.430, durante el gobierno del presidente Juan Domingo Perón.
La fecha pretende conmemorar la llegada de los inmigrantes a nuestro territorio para estimular el crecimiento económico y cultural de la nación.
Historia del Día del Inmigrante
El día fue creado el 4 de septiembre de 1812 por decreto del Primer Triunvirato, órgano ejecutivo el cual gobernó las Provincias Unidas del Río de la Plata y que ofreció la protección de todos los individuos pertenecientes a todas las naciones y sus respectivas familias que desearan vivir en la Argentina.
La medida, tomada por el Primer Triunvirato, fue establecida por el Cabildo de Buenos Aires y pretendía poblar y desarrollar las diferentes regiones que conformaban el territorio argentino.
A pesar de que la medida fuese tomada en las primeras décadas siglo XIX, nunca pudo hacerse completamente efectiva por la inestabilidad económica y social de la Argentina, producto de las guerras de independencia libradas entre los años 1810 y 1825.
¿Por qué se celebra el Día de Inmigrante?
Desde el año 1853, la formulación del día aparece en el preámbulo de la Constitución de la Nación Argentina en la que se reafirmó el derecho de todos los habitantes alrededor del mundo de vivir en suelo argentino, mientras pudiesen labrar la tierra, enseñar artes y ciencias y mejorar las industrias locales.
En el libro de Juan Bautista Alberdi, Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República de Argentina, escrita en 1852, se analiza la importancia de poblar el territorio con nuevos habitantes que pudiesen alterar y modificar la población que ya estaba establecida, como una forma de impulsar económicamente al país.
La gran ola de inmigración europea
La gran inmigración europea fue un fenómeno social y paulatino que sucedió en Argentina durante los años finales del siglo XIX.
Consistió en la llegada de miles de inmigrantes italianos, españoles, portugueses, ucranianos, polacos, alemanes, irlandeses y rusos, que llegaron a nuestro país entre el año 1880 y las primeros años del siglo XX, específicamente, hasta 1916.
Este movimiento tenía como objeto poblar regiones argentinas alejadas de los principales centros económicos que ya se encontraban en desarrollo.
La mayoría de los cinco millones de nuevos habitantes europeos llegaron huyendo de los conflictos que atravesaba Europa, otros inmigrantes habían sido exiliados de sus países de origen, la mayoría de ellos buscaba condiciones de vida que fuesen mejores que en sus lugares de nacimiento.
La respectiva ola de inmigración trajo consigo nuevas costumbres, alimentos, arquitectura, cultura literaria, artística y cambios naturales en el lenguaje lo que conllevo al crecimiento cultural y artístico de Argentina.
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